Switch Mode

Fake Dream 4

Fake Dream 4

Capítulo 04

Author: Luna Vidal
No sé cuánto tiempo estuve esperando ahí, sola en el observatorio, con el cielo cubierto por nubes finas. Pero, de pronto, la puerta detrás de mí se abrió. 

Me giré con esperanza, con una sonrisa que me nació del alma. 

—¡Leandro, viniste! 

Pero lo que encontré fue su rostro endurecido. Se acercó a grandes zancadas, con los ojos encendidos de rabia. 

—Vanesa Suárez, ¿fuiste a quejarte con mis padres solo porque no te llevé a casa y preferí acompañar a Clarisa? ¿¡Sabes que le gritaron por teléfono!? Estaba tan alterada que cruzó la calle distraída y… la atropellaron. Está en urgencias, desangrándose. ¡¿Estás feliz ahora?! 

Me quedé paralizada. 

Eso… no debía pasar aún. En la otra vida, Clarisa tuvo el accidente después de nuestro primer mes de casados, no ahora. ¿Por qué se adelantó todo? 

En ese instante lo entendí. Yo me había estado preguntando cómo cumplir el tercer deseo de Leandro. Y ahora, el destino me lo estaba entregando… envuelto en sangre. 

Lo miré, con el corazón encogido. 

—Entonces… ¿me estás pidiendo que le done sangre? 

Él soltó una risa incrédula, amarga. 

—¿Crees que no me atrevería? Esto es lo mínimo que le debes. 

Me tomó del brazo sin esperar respuesta y me arrastró hasta el hospital. 

Apenas llegamos, acepté donar. Cuatrocientos mililitros. Sentí como si parte de mi fuerza vital me abandonara. Me mareé. El cuerpo me temblaba. 

Una enfermera frunció el ceño al ver el informe. 

—No alcanza. Se necesita mucho más. La sangre que pedimos tardará al menos diez minutos en llegar… No sé si la paciente aguantará tanto. 

Miré a Leandro. Él no despegaba los ojos de Clarisa, que yacía inconsciente y pálida en la camilla. En su rostro… solo había angustia. Miedo. 

Cuando la enfermera se acercó a quitarme la cinta del brazo, la detuve con una sonrisa serena. 

—Señorita… ¿podría sacarme otros cuatrocientos mililitros? 

Ella se sobresaltó. 

—¡Eso no se puede! La ley es clara: máximo cuatrocientos por persona. Podría desmayarse, incluso… 

—Estoy bien. Puedo recuperarme más tarde. Lo importante ahora es salvarla. 

Desde dentro, un médico salió gritando: 

—¡La transfusión es insuficiente! ¡Aceleren la llegada del banco de sangre, la paciente no aguanta más! 

Presioné a la enfermera con la mirada. Ella asintió, visiblemente emocionada. 

—Eres un ángel. Cuando despierte, te lo va a agradecer de corazón. 

Leandro me miró, con algo atorado en la garganta que no sabía cómo decir. 

—Vanesa… yo… te lo voy a compensar. 

Le sonreí con suavidad, mientras sentía cómo la aguja entraba de nuevo en mi vena. 

—No tienes que hacerlo. Lo hago porque quiero. 

Él había dado su vida por mí. Proteger a la mujer que él amaba… era lo menos que podía hacer. 

Sin embargo, subestimé las consecuencias de donar tanto. De pronto, todo se volvió borroso. Perdí el equilibrio… y me desplomé. 

Cuando abrí los ojos, estaba acostada en una cama del hospital. La herida del brazo estaba cubierta con una bola de algodón y cinta médica. 

No vi a Leandro por ningún lado. 

Nadie en la sala pareció notar que me había despertado. Todos estaban ocupados, corriendo de un lado a otro. 

Giré la cabeza. En la pared, el reloj marcaba la cuenta regresiva: me quedaba una sola hora antes de volver al pasado. 

En la pequeña televisión frente a mí, repetían las imágenes de la lluvia de estrellas que había caído la noche anterior. 

Se veían preciosas. 

Y yo… otra vez me la había perdido. 

Suspiré. 

«Supongo que los deseos… no están hechos para alguien como yo.» 

Me quedé en blanco, sin pensar, hasta que unos pasos se acercaron y la voz de Leandro rompió el silencio, cansada pero contenta. 

—Despertaste. Clarisa también. Gracias a ti. Llegamos justo a tiempo. 

—Me alegro —respondí, mirándolo, débil. 

Él se detuvo al ver mi cara: pálida, exhausta. Frunció el ceño, incómodo, como si algo lo pinchara por dentro. 

—Fuiste muy imprudente. Ayer… quizás me pasé con lo que dije. Pero tampoco tenías derecho a irles con el cuento. Esto entre tú y yo… no tiene nada que ver con ella. 

Sus palabras cayeron sobre mí como un balde de agua helada.

Fake Dream

Fake Dream

Score 9.9
Status: Ongoing Type:
Fake Dream

Comment

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Options

not work with dark mode
Reset